sábado, 20 de agosto de 2011

Aquello que llamamos mundo.

Quiero ser princesa, pero no por los lujosos banquetes y largos vestidos de cola; no por bonitos sapos verdes; no por brillantes joyas y grandes palacios de hermosos colores... No.
Yo quiero ser princesa para luchar por todo aquello que un día me enseñaron a querer; quiero ser princesa para defender sin temor lo que creo hasta la mismísima muerte; quiero ser princesa para alzar afiladas espadas en nombre de un mismo lugar, y luchar por aquello que un día nos fue arrebatado, y gritar por los que tuvieron que callar. Quiero ser princesa y morir entre los escombros de aquellos que un día defendí. Y no morir... No morir entre las estrechas paredes de un lecho para dos.
Porque no habrá vestidos de cola, ni lujosos banquetes, no habrá joyas ni palacios, ni príncipes ni sapos que puedan igualar el dulce sabor de la victoria.

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