miércoles, 31 de agosto de 2011

Que nada cambie.

Abres el armario, y en lo primero que te fijas es en esa camiseta. Quizá no es la más bonita, ni la más nueva. No te la pondrías para salir de fiesta y tus amigas nunca te pedirían que se la dejes. Puede ser, pero es tu camiseta preferida. En lo primero que piensas en verla es en que te la quieres poner hoy sí o sí. Pero al sacarla del armario ves que tiene una mancha. Mierda... Habías quedado hoy y te la querías poner. Pero de repente piensas en lavarla, la coges y echas a correr hacia la lavadora. Te cagas en todo, no queda detergente. Piensas en ir rápido al supermercado y comprarlo, te has empeñado en que te la quieres poner hoy y lo harás. Llegas al supermercado y ves que está cerrado por vacaciones. Da igual, vas a otro, aunque esté en la quinta puñeta.
Recorrerías medio mundo para conseguir a ese chico... Digo, camiseta.

domingo, 28 de agosto de 2011

Soñé tocar el cielo sin tener alas.

Me enfrento a la mañana sin haber soñado en toda la noche. Con tiritas y miles de recuerdos rojos en el bolsillo roto de la chaqueta.
Con el corazón en la mano en medio de la calle, el pelo suelto y el humo del cigarrillo desvaneciéndose.
El tráfico matutino y las paradas de bus llenas de desconocidos. De almas rotas en tres.
Empieza a anochecer y yo sin ti.
No lo sé. Raro. Raro y bonito a la vez. Puede que quizá desesperado.
A veces hay días... Que es mejor fumárselos. Y a veces hay noches que es mejor bebérselas.
Fumar y beber, vicios, vicios, vicios, vicios, vicios, vicios, no son más que vicios, mmm... A veces malos vicios pero otras... Buenísimos.
Hoy va a ser un día de vicios, excepto tú.

sábado, 27 de agosto de 2011

Nadie así.

Me mira. Lo miro. Ambos reímos. Es algo común en nosotros. Nos reímos cada segundo. Quizás no reír a carcajadas, pero siempre que nos miramos de reojo, cuando nuestras miradas se cruzan, una sonrisa se asoma de entre sus labios, lo que hace que yo sonría también. Siempre igual. Hablamos, la mitad de veces no decimos más que tonterías, pero siempre acabamos riendo. Cuando permanecemos en silencio, es lo mejor, porque seguimos mirándonos y sonriendo. Y jamás, lo sé, jamás nadie me contagiará una sonrisa tan fácilmente como lo hace él, porque él es diferente, él es único, me hace reír tanto con sus palabras como con su silencio, y eso no es capaz de hacerlo cualquiera.

viernes, 26 de agosto de 2011

Enamorado-Loco

Puedes recordarlo.
Cuando... Nos reíamos. Y seguimos riéndonos así. Hablando sin saber muy bien de qué ni por qué. Después decidimos colgar, prometiendo que nos llamaríamos mañana. Es una promesa inútil: lo hubiéramos hecho de todos modos. Cuando pierdes tiempo al teléfono, cuando los minutos pasan sin que te des cuenta, cuando las palabras no tienen sentido, cuando piensas que si alguien te escuchara creería que estás loco, cuando ninguno de los dos tiene ganas de colgar, cuando después de que ha colgado compruebas que lo haya hecho de verdad, entonces estás perdida. O mejor dicho, estás enamorada, lo que, en realidad, es un poco lo mismo...

martes, 23 de agosto de 2011

Y siempre así.

¿Sabes? Me he despertado de 1000 maneras diferentes; con resaca, pensando que es de día cuando es de noche, sin recordar nada de lo de ayer, con una pesadilla, con una camiseta ancha, con un móvil roto, con antojo a chocolate, con el ruido de los petardos, con el móvil de tu hermana, con mis primos chillando, los de telefónica llamando, con el sonido de los pájaros, con la luz del sol, porque me he caido, pensado: ''cómo la lié anoche'' o '' tierra trágame". Con el pie derecho, con el izquierdo, de un salto, con el olor de la comida, con remordimiento, con ganas de terminar el sueño, con legañas, con sed, con hambre, con angustia, con deseo... Pero sin duda alguna la manera que más me gusta es con él al lado y un: "buenos días princesa", sonando por ahí.

domingo, 21 de agosto de 2011

Los besos que perdí por no saber decir “te necesito”.

Y un día, te levantas una mañana y dejas de reconocer lo que te rodea. Es difícil. Parece que te falte el suelo bajo los pies. El camino que conocías, las palabras que sabías, los olores y sabores que hacían que te sintieras protegida... No, ya nada de aquello existe. Te das cuenta de cómo poco a poco todo se ha ido desvaneciendo, tu mundo ya no es el que era, el que conocías, el que manejabas.
Es extraño, te sientes perdida, sola, y nadie puede comprender lo que notas que te está pasando. Y es entonces cuando decides olvidar, deshacerte de ese sentimiento y evadirte de tu realidad. Sí, esa es mi respuesta a tu pregunta diaria de ''¿por qué?''.
Pero, ¿sabes lo peor? Que llegará el momento en que miraré mi vida, la habré visto pasar y me preguntaré dónde estuve todo ese tiempo...

sábado, 20 de agosto de 2011

Aquello que llamamos mundo.

Quiero ser princesa, pero no por los lujosos banquetes y largos vestidos de cola; no por bonitos sapos verdes; no por brillantes joyas y grandes palacios de hermosos colores... No.
Yo quiero ser princesa para luchar por todo aquello que un día me enseñaron a querer; quiero ser princesa para defender sin temor lo que creo hasta la mismísima muerte; quiero ser princesa para alzar afiladas espadas en nombre de un mismo lugar, y luchar por aquello que un día nos fue arrebatado, y gritar por los que tuvieron que callar. Quiero ser princesa y morir entre los escombros de aquellos que un día defendí. Y no morir... No morir entre las estrechas paredes de un lecho para dos.
Porque no habrá vestidos de cola, ni lujosos banquetes, no habrá joyas ni palacios, ni príncipes ni sapos que puedan igualar el dulce sabor de la victoria.

miércoles, 17 de agosto de 2011

Y no esperará por ti.

Ríes. Lloras. Gritas. Saltas. Cantas. Te enfadas. Sonriés. Enrojeces. Suspiras. Piensas. Y vuelves a llorar. Hasta que te da por pensar que quizá, si ha pasado esto, sería por algo. Al fin y al cabo, todo sucede por una razón, ¿no?
Y entonces te das cuenta. La vida es real. Déjate de soñar y de imaginar cosas que "puedan" pasar. Vive. ¿No dijo alguien eso de Carpe Diem? Tenía toda la razón. Vive el momento, cada segundo que pase no va a volver a repetirse. Por mucho que lo desees, por mucho que mires al pasado y recuerdes, y recuerdes, y lo hagas cada vez más fuerte para intentar que vuelva. No volverá, porque los recuerdos son sólo eso: recuerdos. Así que levántate, ponte guapa, llama a tu gente, sal, diviértete...
Que la vida es hoy.

martes, 16 de agosto de 2011

Las oportunidades marcan tu vida; incluso las que dejas pasar.

Él me prometió un viaje a la Luna, dar vueltas alrededor de las estrellas. Me prometió construir un planeta nuevo, una nave sin tripulante, sin rumbo fijo. Me prometió un día soleado en Marte y también en Júpiter, flores en invierno y nieve en primavera, cambiar las horas, parar el tiempo. Me prometió cosas imposibles y yo le dije:
+ Pero... Yo no quiero todo eso.
- ¿Por qué no?
+ ¿Un viaje a la Luna? La Luna ya es testigo de todas las noches junto a ti. ¿Dar vueltas alrededor de las estrellas? Me conformo con dar vueltas viéndolas en el cielo. ¿Un planeta nuevo? Pero si en este tengo todo lo que necesito. ¿Una nave sin tripulante? Lo de la nave vale, pero quiero que mi tripulante seas tú. ¿Días soleados? Siempre los tengo cuando estoy contigo. ¿Flores en invierno y nieve en primavera? No hace falta. ¿Parar el tiempo? Pero si junto a ti el tiempo se para, y mi corazón acelera.

lunes, 15 de agosto de 2011

Prefiero mil veces la imperfección.

No soy perfecta, lo sé, pero tampoco lo intento. ¿La perfección? simplemente no la veo perfecta, es aburrida y con eso deja de ser perfecta. ¿Una vida perfecta? No gracias, no la quiero, no tendría nada que mejorar, nada que arreglar, no tendría nada de interesante. Caería en la rutina, siempre sabría lo que me esperaría, siempre me saldría lo que quiero, y entonces dejarían de ilusionarme las cosas buenas. Los mejores días y mis momentos perfectos perderían su sentido.
No quiero una vida perfecta, es más, la quiero imperfectísima, quiero despertarme cada día sin saber lo que me espera, con sorpresas, con ilusiones y con desilusiones.
Quiero esa vida, quiero una vida de verdad.

domingo, 14 de agosto de 2011

Podrías hacerlo mejor.

- ¡Cupido! ¡Tenemos que hablar!
~ ¿Sobre qué?
- Sobre tu puntería.

Lo será.

Todo el mundo necesita tener algo en que creer. Algún motivo para apagar el despertador y no seguir tirado en la cama. Me reconforta saber que he llegado a encontrar cientos de motivos, que a la vez podrían ser ninguno, ya que no me apoyo en la exactitud de ninguna razón bien definida que le dé significado a esta sucesión de instantes que llamamos vida, sino en la certeza de que esa razón existe y está allá afuera; una, o dos o tres, o cientos de ellas, cosas que merecen la pena ser vistas e imaginadas, ser tocadas, ser. Creo que cuando más sentido podemos hallar es cuando no tenemos ninguno y abarcamos la posibilidad de que haya infinidad de ellos a la vez, cuando hay montones de miradas y ninguna es la correcta, cuando oyes distintas frases y ninguna es la que esperabas escuchar, incluso te alegra saber que esas palabras están aún por llegar. Cuando pasan las horas y sonríes, y no pasa nada especial pero es justamente esto lo que hace que lo vulgar se convierta en hermoso, cuando aún no hay nada y el tremendo vacío es tan hondo que te mastica las entrañas y las despedaza. Entonces, justo entonces, es cuando menos vacío hay en realidad, pues te alimentas con la incertidumbre de que, quizás, todo sea posible. Cualquier cosa.

domingo, 7 de agosto de 2011

No sabría decírtelo.

Sí, puede que tal vez me haya cansado. Quizá me haya cansado de desilusiones, quizá de soñar despierta o de mirar el móvil cinco veces cada vez que me despierto en mitad de la noche. Y quizá también me haya cansado de esconder mis sentimientos, de fingir que todo da igual. Me he dado cuenta de lo mucho que dudo de ti, tendrías que saber la cantidad de pensamientos que se entrecruzan nublando lo que un día pensé que era tan cierto, tan sumamente tangible. Se ha abierto una brecha de escepticismo por mi parte. No sé decirte si estoy defraudada o hasta que punto me estoy dejando de creer ciertas cosas que pensaba que eran verdad. No sé si he perdido la ilusión contigo o que simplemente no la tenía o no era tanta como imaginaba, de cualquier modo, hoy por hoy no sé qué decirte. Sólo te pido que no me hagas daño, que ya no tengo fuerzas ni ánimo para combatir en batallas perdidas.

sábado, 6 de agosto de 2011

Que no acabe.

No permitas que nadie diga que eres incapaz de hacer algo, ni siquiera yo. Si tienes un sueño, debes conservarlo. Si quieres algo, sal a buscarlo, y punto. ¿Sabes?, la gente que no logra conseguir sus sueños suele decirles a los demás que tampoco cumplirán los suyos.

viernes, 5 de agosto de 2011

Hazlo. Es divertido.

Ahora pienso un momento. Hago memoria. Lo pienso bien. Y llego a la conclusión de que es gracioso. Sí. Gracioso. Resulta gracioso todo lo que antes parecía importante. Todo lo que ahora ya no es importante. No sé. Me acuerdo de momentos. De tantas cosas. Echo un vistazo atrás. Recopilo momentos pasados. Y vuelvo a reírme. Es gracioso como ahora analizándolo me río de todas aquellas veces en las que pensé que el mundo se me venía encima y el miedo me comía hasta devorarme enterita. Y lloré. Y me creía incapaz de seguir adelante. Y estoy aquí. ESTOY AQUÍ. Sigo aquí pretendiendo seguir aquí. Es eso lo más importante, ¿no? Seguir aquí y QUERER seguir estando aquí. Porque debo continuar hacia adelante. No creo que sea útil volver al pasado constantemente para recuperar lo perdido. Lo perdido, perdido está. Y no hay más. No sé joder. Engañaría si dijese qué sé lo que es la vida. Pero al menos creo que debemos seguir hacia delante…

jueves, 4 de agosto de 2011

Es lo que hoy quiero.

Abrir la ventana y gritarle al mundo que le quieres. Escribir un mensaje en una botella y lanzarlo al mar. Susurrarle al oído que es lo mejor que te ha podido pasar. Ir por la calle y chillar de felicidad. Tener la sensación de que vas a reventar de amor. Pensar en... no, no pensar, no tener tiempo para pensar. Quererle hasta dolerte. Tumbarte en la caliente arena después de tirarte al agua, revolcarte y que te de igual, porque eres feliz, extremadamente feliz. Cantar delante del espejo con la música a tope y una coreografía improvisada.
Ser feliz y tener la esperanza de que nada ni nadie va a cambiarlo.