miércoles, 11 de mayo de 2011

Recuérdalo cuando lo necesites.

Siempre estarás segura de tus actos, no te arrepentirás de nada y seguirás hacia delante pase lo que pase, te den los palos que te den, porque en ese momento te darás cuenta de que esas o esa persona por la que habías apostado no se merecía todo lo que por ella habrías dado. Te darás cuenta que es igual al resto y que no tiene nada de especial como estupidamente habías pensado. Habrás tirado por la borda miles de planes y proposiciones tontamente apostando por ella, incluso habrás hecho verdaderas locuras que al fin y al cabo, no van a servirte para nada.
Y por último verás que lo mejor que podías haber hecho desde un principio era seguir hacia delante sin apuestas y sin reglas; seguir hacia delante con la cabeza bien alta y sin mirar hacia atrás. Así es como verdaderamente te das cuenta de quienes son las personas que llegarán a formar parte del libro de tu vida, las que harán que seas verdaderamente feliz a lo largo de tu vida y gracias a los cuales le quitarás importancia a asuntos que realmente no la tienen porque, como alguien me dijo alguna vez, la felicidad es darse cuenta de que nada es demasiado importante.
Nos empeñamos en buscar la felicidad cada día, y no nos damos cuenta de que es ella quien tiene que encontrarnos... Y eso será donde menos te lo esperas, en el instituto, en el supermercado o en mitad de una huída... Y cuando llegas, descubres que ahí no acaba todo, que el final de un camino sólo es el comienzo de otro... Y lo único importante es la persona que escoges para que camine a tu lado, lo que importa es que estás tocando con la llema de los dedos eso que has estado esperando toda tu vida... Y ya solo importa el hoy, el presente, lo que queda por venir, porque no se puede borrar lo que ya está escrito y porque la vida es eso que te sucede mientras tu tratas de hacer otra cosa.

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