sábado, 26 de marzo de 2011

No deberías volver.

-Mira, sé que he sido un estúpido y que no merecías eso, pero, no sé, intenta entenderme...
-¿Que intente entenderte? ¿Y qué te crees? ¿Que no lo he intentado? ¿Que pasé de tí como tú pasaste de mí? ¿Que no me he pasado cientos de días y de noches preguntándome qué había hecho yo mal? Intentaba buscar... Algo. Pero no encontré nada. Hasta ese día que... Bueno, nada.
-No, dime, dime.
-No. Ahora soy yo la que pasa de tí, ¿vale? - le digo. No parece creíble por la cara que pone. Buah, si ni siquiera me lo creo yo...
-Venga, no seas cría.
-¿Qué no sea cría? ¡Pero tú quién te has...!
-Escúchame. Sé que estás enfadada, pero... Hoy he venido a pedirte una segunda oportunidad.
No sé que decir. Sé que tiene razón, y que todos nos merecemos una segunda oportunidad en la vida. Pero, joder, me ha hecho tanto daño.
-¿Para qué? ¿Para volver a dejarme tirada cuando menos me lo espere? Porque no estoy dispuesta a eso.
-No. Te juro que nunca más me iré sin decir nada. Sólo quiero volver a ser lo que antes éramos.
¡Joder y yo! Pero si supieses la angustia que he pasado al verte de la mano de la que fuese... No sabes lo mal que lo pasé.
Me agarra de la barbilla y me obliga a mirarle a los ojos. Antes no me trataba así. Me parece que estamos demasiado cerca.
Y de pronto el corazón se me dispara como no lo hacía en mucho tiempo.
-Una vez me dijiste que volverías, pero hace mucho que dejé de confiar en esa promesa. No imaginaba...
-¿Qué? ¿Qué volvería? Siempre cumplo mis promesas, siempre.
Me resulta muy difícil aguantar esa mirada. Así que alguna vez evito su mirada, pero como me tiene cogida de la cara sólo acierto a ver sus labios. Y entonces tengo que volver a mirarle a los ojos.
-¿Sabes una cosa? - me dice mientras sonríe.
De pronto me empuja para atrás y me pone contra la pared. Noto que baja sus manos hasta mi cintura. Ahora si que estamos
demasiado juntos.
-Te quiero.
Y me besa...

No hay comentarios:

Publicar un comentario