domingo, 17 de abril de 2011

Paseo.

Puto niño, me tiré todo el día pensando en él. Aagg, que rabia. No me apetecía nada más que conocerle. Bueno ¿y a quién no le gustaría? Cuando quise darme cuenta, estaba sonriendo y me había puesto roja. Aún sonriendo negué con la cabeza. "Lo que puede llegar a conseguir un niñato. Y ni siquiera está aquí." Pensé en lo que sabía de él. El día anterior vi su nombre en la camiseta azul que llevaba. Bueno también tenía un culo precioso. Y unos ojos. . .Y unos labios que madre mía.
Joder, no sabía nada de él. Excepto que me gustaba demasiado.
No estaba planeado que mi paseo estaría dedicado para él. Quería pensar en mis cosas, en aclarar mis ideas, y mira por dónde, estoy pensando en él. ¿Por qué no puedo reprimir ésta absurda sonrisa? ¿De verdad me importa tanto? Quiero pensar que no, porque mañana ya no le veré más. Quizá nunca más. . .
- Hola.
Joder que susto. Me doy la vuelta para ver quién es.
- . . .
"Oh no." Casi se me salen los ojos. Momento de pánico. "¿Y ahora qué?"
- Ho. . .Hola.
Dios, de cerca es muchísimo más guapo.
- ¿Qué tal?
- Bien.- Joder, ¿quién iba a decir qué me le encontraría justo ahora? "Venga, no pierdas los nervios" - ¿Y tú?
- Bien también, gracias. - Me dice sonriendo.
No me lo creo. Que pedazo de sonrisa. "Chaval, me encantas." No, eso mejor no lo digo. Aagg, de nuevo e sa absurda sonrisa aparece en mis labios.
- Bonita sonrisa.
No me puedo imaginar la cara que se me ha quedado al decirme eso. Hacía mucho que no sentía esto. Así que, paso de todo y me dejo llevar. Él empieza a caminar y yo le sigo. No sé porqué ni cuándo lo decido. Pero el caso es que llegamos a una explanada verde. Uno de esos sitios que me encantan. Me coge la mano y me lleva debajo de un árbol. Soy incapaz de pensar en nada. Ahora él ocupa todos mis pensamientos. ¿Ocuparé yo los de él?
- Oye, no sé por dónde empezar. Antes te vi en la fiesta y. . . bueno, quería conocerte.
- ¿Me has seguido?- le pregunto extrañada.
- Más o menos- confiesa mientras sonríe.
- Tu sonrisa si que es bonita. -¿Eso lo he dicho yo? Dios, quiero morirme de vergüenza. Me he vuelto a poner roja. Esto no puede seguir así.
- Hahaha, creo que no tanto como la tuya. ¿Por cierto, cómo has dicho que te llamas?
- No lo he dicho. -Intento reprimir una sonrisa, pero no lo consigo y miro hacia abajo riéndome.
Se ríe conmigo.
- Pues me encantaría que me lo dijeras.
Después se acerca a mí. Lentamente. Me coje de la cintura. Bajo la cabeza mordiéndome el labio inferior.
- Me llamo Lucía.
- Un nombre precioso. -Me dice.
Me coje de la barbilla y me sube la cabeza. Le sonrío. Y me da igual todo. Quiero pensar por una vez en mí. Me lo merezco. Siento como sus brazos, alrededor de mi cintura, me acercan más a él. Y yo le paso los brazos por el cuello.
Y entonces, me besa.

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